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Por una buena vejez en Chile - Eduardo Toro

Todos envejecemos. Es una realidad. Este proceso comienza al momento de nacer. Si bien envejecemos día a día, cuando nos referimos a ese proceso en los niños, decimos que ellos crecen y le damos una connotación positiva, con posibilidades de desarrollo y con muchas expectativas por delante. Pero cuando nos referimos a los adultos, estos envejecen y eso conlleva una connotación negativa, donde asumimos que con los años llegan las enfermedades, los problemas, la soledad y, finalmente, la muerte.


No vemos en la vejez una posibilidad de desarrollo, pese a que diversos estudios muestran que, en general, la población adulta mayor en Chile es autónoma y autovalente, continúa trabajando remuneradamente o realizando trabajos no remunerados que equivalen al 20% del PIB de Chile, y que sigue saliendo, comprando, consumiendo y utilizando los servicios públicos disponibles, en fin, continúa viviendo su vida, manteniéndose vigente y activa y siendo un real aporte para su familia, su entorno y la sociedad en general.


Necesitamos un cambio cultural e instancias que aseguren un piso mínimo para que las personas que hoy son mayores y las que en los próximos años lo serán, puedan (y podamos) seguir desenvolviéndose con naturalidad en su entorno, sin cargar con los prejuicios asociados a esta etapa y que, finalmente, terminan limitando la vida de las personas al encasillarlas en un rol (muchas veces el de abuelos) que les impide hacer tal o cual cosa.


Para promover esos pisos mínimos es que surge Voces Mayores, una plataforma colaborativa que reúne a más de 40 organizaciones que trabajan por, para y con las personas mayores en la búsqueda por fomentar la implementación de la Convención Interamericana de Protección de los Derechos de las Personas Mayores que Chile ratificó el 2017.


A través del trabajo colaborativo, queremos aprovechar este momento histórico que vive el país para asegurar que la vejez, y las distintas formas de vivirla, sea una etapa con proyección, con expectativas, con posibilidades de desarrollo y, por sobre todo, una etapa en la que la dignidad de las personas sea relevada.


Estamos seguros de que solo a través del trabajo colaborativo podremos visibilizar esta temática y lograr incidir en favor de este grupo etario con una mirada de derecho, no asistencialista, que normalice el envejecimiento y la vejez como parte del ciclo vital. Entre todos, queremos asegurar que la Nueva Constitución garantice las condiciones mínimas para un buen envejecer y para que los programas de quienes aspiran a gobernar el país consideren, como una prioridad, a las actuales y futuras generaciones de personas mayores y se comprometan a facilitar la implementación de la Convención Interamericana de Protección de Derechos de las Personas Mayores.


Desde Voces Mayores queremos contribuir a la real participación de las personas mayores y ayudar a los más jóvenes a que envejezcan de la mejor manera posible, para que puedan vivir la vejez en las mejores condiciones sociales, económicas y de infraestructura posibles.


Y en esta misión estamos todos invitados: organizaciones públicas y privadas, pero también todas las personas. Cada uno de nosotros está llamado a trabajar por su propia vejez y por la de los demás. Todos envejecemos, algunos antes, otros después, pero la mayoría llegaremos a la tan vapuleada vejez, una etapa en la que, pese a todo, el 63% de las personas mayores se declara feliz.


Eduardo Toro

Director Ejecutivo de Conecta Mayor


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