por Ximena Abogabir
A comienzos de octubre conmemoramos el Día Internacional de las Personas Mayores y se dio inicio a una serie de actividades e iniciativas que las municipalidades y organizaciones de diversa índole ponen a disposición de las personas de 60 y más años para homenajearlas.
Desde Voces Mayores, red a la cual han adherido más de 40 organizaciones relacionadas con el envejecimiento, queremos hacer una invitación diferente para conmemorar este día: queremos dignificar a las personas mayores a través de la promoción del buen uso del lenguaje, de un trato respetuoso que releve la dignidad de los años, que denote cariño y respeto sin caer en clichés que solo contribuyen a perpetuar los estereotipos y prejuicios negativos en torno a la vejez. Esto no solo atenta contra la dignidad de los mayores sino también dificulta que las siguientes generaciones enfrenten el natural correr de los años con optimismo y paz. Es decir, nos perjudica a todos y todas.
La invitación es a llamar a las personas mayores por su nombre, evitando términos como abuelito(a) – a no ser que se refieran a sus propios abuelos – o mamita/papito. Las personas mayores son mucho más que el rol que ejercen en la familia, y llamarlos por su nombre es más respetuoso abordando la integralidad del ser.
Desde Voces Mayores pedimos enfáticamente erradicar de nuestro lenguaje y de nuestra conducta con las personas mayores, estos rasgos asistencialistas que nos inducen a hablar en chiquitito, a hablar del pobre viejito que necesita una ayudita o de la señora Martita que planea construirse una casita en un terrenito que tiene por ahí.
Las personas a medida que crecen, que envejecen, no vuelven a ser niños, por lo que no hay que tratarlos como tales. Algunas personas con los años van presentando mayores dificultades debido a diversas razones, pero en lugar de infantilizarlos, lo correcto es mantener un trato acorde a la edad y establecer una manera de relacionamiento que dignifique a la persona, independiente de su condición de salud y sus años.
En ese contexto, el llamado de Voces Mayores es a poner en el centro del discurso a la persona mayor. Por ejemplo, si a una consulta médica él o ella entra acompañada, hay que hablarle a la persona mayor, la real protagonista de esa reunión; y es deber de ese profesional dirigirse a su paciente asegurándose de que todas sus dudas queden resueltas, sea cual sea su edad, sin asumir que no entiende.
De la misma manera, intentemos promover que las personas mayores continúen haciendo su vida libremente. Ahora que las medidas sanitarias están un poco más relajadas, promovamos su participación con los resguardos necesarios, apoyándoles para que puedan retomar aquellas anheladas actividades pre-pandemia. Tomemos las medidas necesarias para que sus hogares sean seguros, y así prevenir accidentes domésticos que puedan restar autonomía y generar dependencia. Evitemos que el deseo de proteger a nuestros familiares o amigos de 60 y más años no coarte su libertad ni impida su desarrollo pleno.
En este mes que se celebra a las personas mayores, desde Voces Mayores buscamos cambiar nuestra mirada sobre la vejez y el envejecimiento. A pensar en cómo queremos vivir nuestra propia vejez, en cómo queremos ser tratados cuando tengamos más de 60 años. Solo así podremos cambiar nuestro trato hacia las actuales personas mayores y promover una cultura de respeto y reconocimiento.